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EL CUADERNO DE NOÉ
La mente de un niño es un universo prodigioso. La creatividad desborda los límites de su cuerpo y busca manifestarse en el exterior como el agua de un manantial que anhela su cauce. Dibujar es solo una de las múltiples válvulas de escape a través de las que se muestra el bullir constante de su mente en funcionamiento. Poco tiene que ver con lo estético, con dar a luz una obra que resulte hermosa a los ojos. Es, más bien, una manera de poseer la realidad interior o exterior, de volcarla afuera tras haber pasado por el tamiz de su propia percepción, una necesidad ineludible de expresión, un acto casi compulsivo.
Recojo aquí los dibujos de mi hijo Noé. Acaba de cumplir seis años en febrero de 2013. Envidio su pasión, el entusiasmo con el que busca con urgencia un papel en el que dibujar todo aquello que llama su atención, ya sean pensamientos o acontecimientos exteriores, como si en ello se le fuera la vida. Y admiro boquiabierto la manera en la que de sus pequeñas manos van surgiendo trazos mágicos y repletos de vida, porque son auténticos. Disfruto de estos instantes que sé que han de terminar. La escuela acabará con esa mente prodigiosa con la que viene dotado todo niño. Sus dibujos se convertirán en imágenes naturalistas y estáticas. Los ríos se volverán azules y los soles amarillos. Pero mientras ese momento llega, iré almacenando aquí los frutos de la mente de Noé, la mente de un niño.
Jo, me acabo de provocar un desgarro en las comisuras de los labios al abrir tanto y tanto la boca, alucinando con lo que has ido colgando por aquí. Felicidades a ambos... e intenta, Jacobo, que la escuela no mate ese ingenio natural.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Enhorabuena, Tatio! Viniste al sitio adecuado. Éste es el blog que tienes que visitar, no el mío. Aquí es donde hay verdadera sustancia. Lo que cuelgo es alucinante, igual de alucinante que lo que hacen el resto de los niños. Lo que pasa es que, por desgracia, desde el mundo adulto no solemos prestarles atención cuando nos enseñan un dibujo o nos cuentan algo bajo su punto de vista. Incluso los corregimos y los inclinamos hacia nuestra manera aburrida de ver las cosas. Y, claro, acaban convirtiéndose con el tiempo en adultos aburridos.
ResponderEliminarJe je jé, llegué al sitio adecuado... ¡¡ Cómo eres !! Lo primero es que llegué por mi inmensa curiosidad ( que a veces raya el cotilleo, dado lo difusa que es su frontera ). Pero menos mal que llegué, no me lo podría perder. Estoy de acuerdo contigo en casi todo. ( No es que no esté de acuerdo en algo concreto, es solo que no quiero que se te suba a la cabeza ). Es alucinante lo que sale de estas cabecillas que echan humo a todas horas y a toda pastilla.
ResponderEliminarPor mi lado, el bueno de Elías es más bien de actuación ( o performance, que dirçia un modernete ). Lo de sentarse ya lo lleva mal ( y su madre y yo nos tiramos de los pelos, por tanto ). Pero si además tiene que sentarse a dibujar o similar, ya la hemos liado. En casa del herrero, por ahora...
Pero lo que escenifica es igual de flipante, qué imaginación tan desbordante, tan fértil, tan desprejuiciada... Qué lujo. Yo me parto ( yo que cada vez estoy por desgracia más metido en faenas feas, aburridas, mecánicas, de puro y duro "lentejeo", vamos, alimenticias ).
En fin, enhorabuena a ti, por tener este artistazo dándote lecciones a todas horas.
¡Pues grábalo en vídeo!
ResponderEliminarPues nuestro artista escribe ya muy bien y tiene muchas y grandes ideas luminosas.
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